Este iba a ser su año. Pensaba dar el salto a profesional después del verano, pero el parón del mundo le ha hecho replantearse las cosas. No ha salido mal parada ya que acaba de licenciarse y su misma Universidad, la de Carolina del Sur, le ofrece un año más de beca para realizar un máster y así poder seguir contando con ella en el equipo de golf. Pese a haber demostrado ser brillante en sus estudios de finanzas, Ana cada día tiene más claro que su vida es el golf y sin miedo, da un paso adelante hacia su sueño. Risueña, tranquila y humilde, así es Ana Peláez Triviño, toda una promesa en el mundo del golf que gana mucho en las distancias cortas.

Ana comenzaba 2020 con su victoria en el Copa Andalucía 2020. Tras un año de cambios técnicos en el swing, su esfuerzo empezaba a dar sus frutos e iba encontrando las sensaciones buscadas. El torneo, que se celebraba en el Atalaya Golf & Country Club le proporcionaba la seguridad de jugar en casa. Apoyándola, su fan incondicional, su padre Germán, y una de las grandes, Maria Parra. Para ella sería uno de sus primeros abrazos tras el putt ganador. Después volvería a EEUU para licenciarse en un doble grado de finanzas y cadena de suministro. “Mi idea es jugar al golf, pero yo siempre he querido tener un Plan B que sea medianamente bueno. Por si pasase cualquier cosa, hay que tener una buena carrera”, asegura Ana de forma sensata. Su ideas estaban entonces muy claras: “mi intención es jugar la Q-School para sacarme la tarjeta de la LPGA.” Pero la vida, a causa de la pandemia, pegó un frenazo para todos, poniendo patas arriba todos los planes. Ana también ha tenido que cambiar su proyecto y ahora, ya licenciada, volverá la Universidad para seguir estudiando: “Voy a repetir mi último año. Al no tener temporada, la NCAA ha decidido ofrecer a los senior, los jugadores de último año, volver un año más y completar la temporada. Como las pruebas de la LPGA se han pasado a 2021, he hablado con el entrenador y he decidido volver otro año más. Me hubiese gustado pasarme a profesional este año y tener las pruebas este verano”, comenta apenada ya que Ana se encontraba preparada para dar el gran salto a la LPGA.

Las condiciones actuales del golf femenino son las que impulsan a la andaluza a elegir el circuito americano antes que el europeo: “Si es el camino es el LET se cogerá, pero mi sueño es estar con las mejores y es en la LPGA donde están”, comenta. Y es que sus ídolos juegan todos en el circuito americano: “Azahara me encanta, Carlota por supuesto, por su carácter. También me encanta Lexi Thompson, Jon Rahm , aunque sea un hombre, también esta ́ bien aprender de ellos”, comenta con una sonrisa pícara. Es precisamente sobre la diferencia entre el golf femenino y el masculino de lo que hablamos a continuación: “creo que estamos creciendo y espero que sigamos creciendo hasta llegar a la igualdad con los hombres. Sé que es un juego totalmente diferente y a lo mejor la gente disfruta más viendo a los hombres por su pegada, pero nosotras también tenemos mucho que ofrecer y espero que eso en un futuro se siga viendo”, asegura.

La confianza y su serenidad son sus grandes aliadas. Ana se siente a salvo cuando está cerca del green: “quiero pensar que mi fuerte es el putt y de momento lo siento así. Sé que también al drive le estoy dando fuerte y eso me ayuda a tener un segundo golpe a green medianamente corto entre comillas. Me gustaría mejorar los golpes de 140 y 150 metros. El golpe corto alrededor de green ha sido muy bueno”.

Su aprendizaje a una temprana edad le ha ayudado. Ana recuerda como ella, junto a su hermano acompañaban a su padre al campo: “era gracioso porque mi padre quería jugar y tenía que engañar a mi hermano para llevarle a un campo de golf y yo en cambio estaba deseando ir. Con seis años me regaló un set de palos de plástico y se los tiré, le dije -quiero los de verdad- y desde ahí, no he soltado el palo”, recuerda.

Ya en el colegio Ana conocería sus primeros triunfos, que le han valido la admiración de sus compañeras: “para mis amigas es un orgullo, pero les he pedido siempre que lo tomaran como normal, que no me miraran como diferente. No me gustaría que la humildad se me fuera en ningún momento. A veces ellas bromean y me dicen “eres la campeona” y yo les digo “y tú eres una arquitecta”, cuenta entre risas.

Ahora tiene muchísimos ganas de saber cómo se sentirá cuando pase a profesional. Mira al futuro con emoción y asegura que: “quiero ser la siguiente persona que haga historia en el mundo del golf”. Estamos seguros de ello y te deseamos mucha suerte cuando por fin puedas dar el gran salto.Ana