El restaurante El Lago  renueva un año más el reconocimiento otorgado por la guía francesa y le sitúa como decano referente de la gastronomía en Málaga desde el año 2005, cuando obtuvo este galardón por primera vez. El restaurante, ubicado en el campo de golf de Greenlife, ofrece al mediodía menús especiales para los golfistas.  Skina y Messina renuevan también su estrellas, reforzando la imagen de Marbella como destino gastronómico.

El Lago, mantiene, 16 años después,  intacto su compromiso con los productos y productores de proximidad, de la provincia de Málaga, de Andalucía, en una trayectoria de coherencia en la que ha sabido modernizarse, adaptarse a los tiempos, sin perder su esencia, el ADN que le hace pionero y referente: “Esta estrella tiene en 2020 un sabor lleno de matices”, apunta el director de El Lago, Francisco García, “ha sido un año complejo, difícil, en el que hemos tenido que ser audaces y adaptarnos a la situación una y otra vez, más aún cuando celebrábamos nuestro vigésimo aniversario, pero, del mismo modo, hemos sabido fortalecernos en nuestros principios, continuar nuestra apuesta por el kilómetro cero, nuestro compromiso con el productor y los productores, y encarar los nuevos retos del futuro con energías renovadas y un nuevo equipo con Fernando Villasclaras al frente que ya nos está trayendo muchas alegrías”.

“Desde El Lago queremos agradecer la confianza depositada por la Guía Michelin en nosotros de manera ininterrumpida durante 16 años y, por su puesto, el agradecimiento y la complicidad de nuestros clientes, que han respondido a nuestras nuevas propuestas de manera entusiasta”, apunta García, “este reconocimiento nos anima a continuar en nuestra línea de trabajo, en nuestro compromiso con la calidad y ser aún más conscientes de nuestra responsabilidad, un orgullo fortalecer el destino y las marcas Marbella y Costa del Sol”.

Para El Lago 2020 ha sido el año de su renovación, con una importante inversión en sus infraestructuras, el estreno de la terraza que se ha abierto definitivamente al lago que le da nombre, con la sustitución de su barandilla por lienzos acristalados y dar un paso más en la integración en el entorno, y también del interior, más luminoso, buscando también a su vez esa fusión y ganar en amplitud, bienestar y coherencia.