Kajsa Schmidt está siempre sonriendo. Mientras está en su club, Atalaya Golf & Country Club, no para de saludar a todo el mundo, ya que es una excelente relaciones públicas. Por ello, es muy querida por los socios, que aprecian su gran labor como capitana. Su carácter perfeccionista hace que su cargo le ocupe más de tres o incluso cuatro horas diarias. Por ello, aunque disfruta de su capitanía, este será su último año. Se está estrenando como abuela y eso hará que pase más tiempo en su ciudad natal, Estocolmo.

Kajsa pasó de ser miembro del Comité a capitana, cargo que ejerce por segundo año. Su marido es socio de Atalaya desde hace 16 años y ella desde hace seis, ya que antes trabajaba en Suecia y sólo venía a Marbella de vacaciones.
Su experiencia en la dirección de equipos le viene de su trabajo en un despacho legal, mientras que todo lo referente a la organización de torneos, lo aprendería gracias a su hija pequeña: “Mi hija era buena jugadora así que estaba en el Comité Sueco Junior femenino de Golf. Le pregunté al capitán si necesitaba ayuda y él la tomó toda. Así fue como comencé a acompañar a todas las chicas en las competiciones. Mi hija lo dejó cuando tenía 15 años, pero yo seguí trabajando en el club organizando fiestas y competiciones”, recuerda sonriente.
Sería en ese momento cuando le picaría el gusa-nillo del golf y comenzaría a practicarlo: “Empecé bastante tarde, hace 20 años, y además entonces no jugaba mucho. La verdad es que no soy buena jugadora, de hecho mi hándicap más bajo ha sido 19 y ahora ha subido a 25. Todavía hoy en día continúo tomando clases”, comenta. Pese a ello, asegura que le disfruta jugando con buenos golfistas: “Me encanta jugar con buenos jugadores, con hándicap bajo. Mucha gente se siente intimidada por jugar con ellos, para mí es fantástico. El otro día jugué con un finlandés invitado, muy bueno y verle jugar era como ver una película.”
NUEVAS INCORPORACIONES
Aunque en Atalaya Golf hay más de 400 socios, ase-gura que realmente son un centenar los que están en activos ya que muchos son mayores y no juegan y otros vienen por temporadas muy cortas. Por eso se siente muy contenta ahora que cuentan cada día con incorporaciones: “Ahora están llegando nuevos miembros, así que, junto al capitán, les invitamos a una copa de bienvenida, porque algunos de ellos no conocen a nadie”, asegura satisfecha.
Planear todo el calendario del año, tratando de de hacer diferentes tipos de competiciones y la or-ganización de fiestas, lo considera su principal labor en el puesto: “Organizamos también barbacoas en la academia y muchas fiestas con música en vivo y baile. Tienes que pensar en no hacer siempre lo mismo, sino en ofrecer competiciones diferentes, intentando mezclar los jugadores para que jueguen con distintas personas”, cuenta Kajsa, quien continúa orgullosa: “También tienes que ocuparte de los premios y ayudar con las normas. A veces tienes que escuchar críticas, pero en general todos son muy agradecidos y están contentos. Tenemos tantas nacionalidades diferentes y caracteres que es difícil complacer a todos.”
Y es que si algo caracteriza a Atalaya es que un club muy internacional. Entre todos los socios hay más de 36 nacionalidades distintas. Su Competición Internacional anual es muy apreciada y es uno de los torneos que los capitanes disfrutan más organi-zando. Amante del golf, esposa, madre y ahora abuela. Jovial, simpática y dirigente, así es Kajsa, así es la capitana del Club Atalaya.