A sus diecinueve años Valentina Albertazzi tiene un handicap plus 3,7. Becada por la Universidad de Kent State,  Estados Unidos, compagina el golf con sus estudios de Marketing. Lleva desde los cinco años jugando y sueña con algún día llegar a la LPGA. Humilde, discreta, disciplinada y muy trabajadora, Valentina posee grandes puntales para llegar muy alto en el golf. 

 

Nos encontramos con ella en el Pg Golf & Sports Academy. Allí pasa horas practicando su putt y el resto de sus palos o jugando en Atalaya Golf, club que la patrocina. Paciente e incansable sabe que hay que trabajar muy duro para llegar a lo más alto. En diciembre volverá a USA para continuar con sus clases, que ahora son online. Tiene muy claro su objetivo cuuando finalice la carrera:“ Pasarme a profesional y dedicarme a jugar al golf.  Me gustaría quedarme en EEUU, pero nunca se sabe, igualmente el tour europeo estaría muy bien. A mí personalmente me gustaría jugar los dos, pero si tengo que elegir, prefiero el americano”, explica asegurando que para ella su modelo a seguir es Lexi Thompson: “Ella tiene su swing y su forma de jugar, pero tiene un nivel muy alto.”

Deportista desde pequeña, fueron sus padres quienes la acercaron al golf. Nacida en Turín, Italia, su familia se trasladó a Marbella precisamente para poder practicar el golf también durante los inviernos: “Comencé con 4 años y no lo he dejado nunca. Yo practicaba muchos deportes (natación, sky y gimnasia) y me quedé con golf. Me gusta porque es un deporte individual y no es algo rápido, que te la juegas en unos segundos. En el golf tienes 18 hoyos, cinco horas y es impredecible. Además del golf me gusta que siempre puedes hacerlo mejor”,  comenta y continúa: “Yo disfruto jugando, las mejores sensaciones de mi vida las he sentido jugando en el  golf. No puede estar sin él. La mejor sensación es cuando metes ese putt para ganar, esas sensaciones que no cambiarias por nada en el mundo. Cuando llegas a la bola y tienes un golf al green y sabes donde va a ir la bola, la confianza, esas sensaciones son lo que más me gusta del golf.”

Con un juego sólido Valentina sufre sin embargo en los campos largos: “Mi juego está bastante equilibrado, no tengo una parte que esté muy bien y otra que no lo esté, más o menos está todo ahí. Depende del día, pero  mi juego suele ser bastante compensado. A mí los que me cuesta mucho son los campos muy largos, me cuesta llegar, ahí es donde puedo perder golpes”, explica y continúa: “Lo peor es que se sufre mucho cuando no juegas bien, cuando las cosas no te salen sabiendo que has entrenado, te humilla mucho. Se sufre bastante con el golf.” 

Sensata y muy madura, Valentina es consciente que la vida, como el golf, tiene sus propios  planes: “Mi plan B es la universidad. No se puede planear los que va a pasar en la vida. Yo voy a hacer todo lo que pueda para poder jugar al golf de forma profesional pero bueno, hay muchos factores que no están bajo tu control. Yo veré mis opciones, pero pase lo que pase, me gustaría quedarme en el mundo del golf.” 

Valentina acaba de vivir una de sus mejores experiencias en el golf: “Nunca había jugado un torneo de profesionales femenino y acabo de jugar el Santander Golf Tour en Madrid. Ha sido toda una experiencia.  Se aprende un montón viendo a las profesionales. Te das cuenta de dónde tu juego necesita más y menos trabajo. Ves lo que tienes que mejorar para llegar y claramente sienta muy bien compartir el campo con jugadoras de ese nivel. ” 

Jugar la LPGA e incluso la Solheim sería su sueño. Sabe que el golf femenino no vive su mejor momento en Italia y le encantaría llevar la bandera a lo más alto del golf. Forza Valentina!