Anna es una bella mujer sueca que vive seis meses en España. Este es su tercer año que es la capitana del Club Los Naranjos de Marbella. Su legado de de este puesto es la Summer League y su mayor argumento: una sonrisa capaz de hacer sentir en casa a cualquier nuevo miembro del club. Su fuerza de carácter y su empuje queda patente cuando en tan sólo siete años no sólo ha conseguido aprender a jugar al golf, tener un handicap bajo sino también empujar con éxito la parte femenina de un club que cada año gana en socios.

Anna comenzó a a jugar al golf en 2011, animada por su esposo. El estaba seguro que le iba a gustar dado su amor por la naturaleza y su carácter deportivo y competitivo. Así fue y aunque en sus inicios fue duro, ahora Anna adora el golf: “no tengo talento para el golf, ha sido pura práctica y querer ha-cerlo. Tienes que trabajar con tu cabeza. El golf saca lo mejor de ti pero también saca lo peor porque es muy emocional. Durante los dos primeros años sólo jugaba con mi marido porque me enfadaba, lloraba y tiraba los palos. Más tarde fue él mismo el que me animó a jugar con otras mujeres. Fíjate, en mi primera ronda de golf saqué sólo un punto en los nueve primeros hoyos”-dice entre risas y continúa -“no fue hasta el tercer año cuando descubrí que ya empezaba a entender lo que era el golf y co-mencé a mejorar y mejorar. Ahora soy 14,2 de handicap y bajando”.

En abril será la votación para revalidar su condición de capitana: “Si me siguen queriendo, aquí seguiré”. Asegura Anna, quien considera una gran oportunidad su puesto de capitana ya que “conoces desde dentro cómo funciona todo, sabes lo que pasa a tu alrededor y tienes la imagen real del campo de golf, tienes información que de otra forma no tendrías”.

Para ella lo mejor de ser la capitana es “el contacto con la gente, me encanta conocer personas nuevas. En toda mi carrera laboral he trabajado como marketing manager y directora recursos humanos por lo que estoy acostumbrada a tratar con personas. Esta es una super oportunidad para mí.”

Sus funciones como Ladie Captain pasan por acoger a los nuevos miembros femeninos del club, haciéndolas partícipes de los campeonatos y ligas : “intento que jueguen conmigo los primeros torneos, presentarles a todo el mundo y hacerles sentir como en casa. Aquí todos somos de fuera, hemos dejado atrás amigos y familia y tenemos que establecer nuevas amistades y no es tan fácil. Lo que nos une a todos es el golf”. Además Anna representa a Los Naranjos tanto en el equipo de la Western League como en los torneos interclubs. Pero su mayor legado es , sin duda, la Summer League. Está muy orgullosa de esta competición, que dura 6 semanas y que cada vez cuenta con más adeptas : “Este año se cumplirá el quinto año. Cuando llegué no había nada de mayo a septiembre, entonces me frustraba. Mi marido me dijo que en vez de protestar por este hecho era mejor que yo montara una liga y así fue. Ahora tenemos más jugadoras que en muchos torneos de invierno. Vienen jugadoras de Los Arqueos, Aloha, las Brisas…Además contamos con sponsors y tenemos una barbacoa a final de la misma”, asegura orgullosa.

El golf saca lo mejor de ti pero también saca lo peor porque es muy emocional

Anna va al menos cuatro días a la semana al Club, asegura que lo que más le gusta de Los Naranjos es el maravilloso ambiente que allí se respira. Respecto al golf asegura que hay que tener paciencia porque “siempre hay algo que no tienes. Puedes jugar bien los palos largos y el approach y llegar bien al green y luego no tienes el putt o puede ser que al día siguiente sea al contrario” pero también asegura que “el día que todo sale bien, lo recordarás el resto de tu vida. Es una sensación tan especial que es como estar en el cielo”, cuenta.

Esperemos que Anna siga bajando de handicap, recibiendo a muchas nuevas socias y disfrutando de su capitanía muchos años más. Es, desde luego un placer conocer a golfistas tan dulces, amigable y divertidas como ella. Gracias Anna.